En algunos países del centro de Europa existe una curiosa tradición decembrina: Krampus, el hermano o exayudante de San Nicolás, se encarga de castigar a niñas y niños que se han portado “mal” durante el año (dejamos abierta la interpretación de qué sea eso de portarse mal). 
El caso es que, entre la noche del 5 de diciembre y la mañana del 6, el cornudo Krampus desciende desde las montañas donde vive para repartir golpes con sus ramas y robarse a uno que otro niño. En realidad, puede que la tradición esté relacionada con antiguos rituales relacionados con la temporada invernal. 
En la actualidad, en Austria se venden chocolates, máscaras y cuernos coleccionables de Krampus. El cara de fauno se ha vuelto tan popular que incluso hay películas y videojuegos en los que siempre quiere hacerte sentir ñáñaras.