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Jardín Santiago
Es casi medianoche en la ciudad. Un hombre despierta al escuchar —o presentir– el grito de auxilio de un amor del pasado.
Pero, ¿por qué el llamado se presenta en medio del sopor y del ensueño? ¿Es culpa de los medicamentos y el exceso de alcohol? ¿Es la manifestación de un latente sentimiento de soledad? ¿O es acaso el resultado de este irrefrenable deseo por volver a vivir una época que fue mejor?
A veces, sólo ocurre que nada bueno le sucede al mundo después de medianoche.
A veces, también la naturaleza reclama sus sacrificios.
A veces, es mejor no preguntarnos ¿quién soñará conmigo está noche?
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